Cada 5 de marzo, Zaragoza se llena de vida con la celebración de la Cincomarzada, una jornada festiva que reúne a miles de personas en el Parque del Tío Jorge para disfrutar de un día de convivencia, música y reivindicación.
Sin embargo, esta fecha conmemora un episodio clave de la historia de la ciudad, cuando en 1838, en plena Primera Guerra Carlista, los zaragozanos lograron repeler un ataque sorpresa y defendieron su ciudad con valentía.
Un conflicto en marcha: la Primera Guerra Carlista
La Cincomarzada tiene su origen en el contexto de la Primera Guerra Carlista (1833-1840), que enfrentó a los partidarios de Carlos María Isidro de Borbón, hermano del fallecido Fernando VII y defensor de un modelo absolutista, contra los seguidores de la reina regente María Cristina de Borbón, quien gobernaba en nombre de su hija, la futura Isabel II.
Zaragoza, un enclave clave en la resistencia liberal, estaba bajo control isabelino, mientras que los carlistas dominaban territorios cercanos. Conquistar la ciudad era un objetivo estratégico para los seguidores de Carlos María Isidro, ya que supondría una gran ventaja en la guerra.
El intento de invasión de Cabañero
El 5 de marzo de 1838, el general carlista Juan Cabañero y Esponera lideró un ataque sorpresa para tomar Zaragoza. Las tropas carlistas, conscientes de que la ciudad tenía una guarnición reducida, aprovecharon la madrugada para cruzar las puertas de Santa Engracia y Sancho sin apenas resistencia. La ciudad dormía, sin imaginar que estaba siendo invadida.
Al principio, el plan parecía haber funcionado: los carlistas lograron entrar y ocupar varias calles estratégicas. Pero lo que no esperaban era la reacción de los zaragozanos.
La resistencia del pueblo zaragozano
La invasión despertó a la población, que rápidamente se organizó para luchar contra los carlistas. Hombres, mujeres y niños se sumaron a la defensa de la ciudad, armándose con lo que tuvieran a mano: herramientas, utensilios de cocina, piedras y cualquier objeto que pudiera servir en la batalla.
El combate callejero fue intenso. La improvisada milicia ciudadana, junto a los soldados disponibles, consiguió frenar el avance carlista y, poco a poco, obligarlos a replegarse. Cabañero y sus tropas, superados y sin el apoyo de la población, se vieron obligados a huir a toda prisa en dirección a Villamayor, abandonando su intento de conquistar Zaragoza.
La anécdota del chocolate caliente
Entre las muchas historias que dejó aquel día, hay una anécdota que ha pasado a la memoria popular. Se dice que, cuando los carlistas lograron entrar en Zaragoza, Cabañero entró en una chocolatería y pidió un tazón de chocolate caliente. Pero la resistencia zaragozana lo obligó a salir huyendo de la ciudad sin haber podido probarlo.
Dos años más tarde, en 1840, Cabañero regresó a Zaragoza, esta vez formando parte de las tropas isabelinas tras el Convenio de Oñate. Al verlo desfilar por sus calles, los zaragozanos, con su característico sentido del humor, comenzaron a gritarle: “¡Cabañero, que se te ha enfriado el chocolate!”, recordándole aquella apresurada huida.
El nacimiento de la Cincomarzada
La victoria sobre los carlistas fue celebrada con orgullo por la ciudad, y desde entonces, el 5 de marzo se convirtió en un día de conmemoración. Sin embargo, la festividad ha tenido altibajos a lo largo del tiempo. Durante la dictadura de Franco, la celebración fue prohibida, pero con la llegada de la democracia en la década de 1970, la Cincomarzada resurgió como una jornada popular y reivindicativa, consolidándose como una de las fiestas más importantes de Zaragoza.
La Cincomarzada en la actualidad
Hoy en día, la Cincomarzada se ha transformado en un evento donde la historia y la tradición se mezclan con la actualidad. Miles de zaragozanos se reúnen en el Parque del Tío Jorge, epicentro de la celebración, donde se organizan diversas actividades:
- Conciertos y actuaciones en directo de artistas locales.
- Almuerzos y meriendas al aire libre, donde cuadrillas y grupos de amigos comparten la jornada.
- Actividades infantiles y familiares, con juegos y talleres para los más pequeños.
- Reivindicaciones vecinales y sociales, ya que muchas asociaciones aprovechan la fecha para visibilizar sus demandas.
Zaragoza, una ciudad con memoria y celebración
La Cincomarzada es más que una fiesta popular; es un reflejo del carácter de Zaragoza, una ciudad que ha sabido resistir a lo largo de la historia y que mantiene vivo el espíritu de lucha y comunidad. Cada 5 de marzo, la ciudad no solo recuerda su victoria sobre los carlistas, sino que reafirma su identidad, su alegría y su sentido de pertenencia.